Despedir por la muerte a Miguel Ballesteros es festejar su ascenso al cielo estrellado de los grandes artistas de la imagen, de las formas y del color.
En el caso del Maestro Miguel Ballesteros seguirá siempre vivo en sus alumnos y afectos, en sus pinturas, en sus obras de arte de museos, galerías, salones de casas privadas, instituciones donde él no ha muerto .
Un orgullo para la ciudad de Rosario, un colaborador generoso a la Fundación Ciencias Médicas, un amigo presente y muy querido.