Si esta crónica bibliográfica fuera a ser leída solamente en el Rosario de Santa Fe, nos apresuraríamos a decir que el doctor Ábalos no necesita presentación, ni de nota alguna elogiosa.
Se le aprecia, se le reconoce y se le respeta, por su inteligencia, por su laboriosidad y por su integridad de carácter.

Muy joven, de regreso de Europa, donde fuera a objeto de perfeccionar sus estudios conquistó fama de médico hábil, de operador experto y certero y de clínico segurísimo. No necesitó más que una labor diligente y juiciosa para definitivamente sentar el nombre que hoy ostenta y que le ha valido la prosperidad en sus empresas.

El doctor José Benjamín Ábalos nació en Santiago del Estero, siendo sus ascendientes vecinos respetabilísimos y antiguos de aquella provincia. Su familia está vinculada a la sociedad santiagueña, a la cual abandonó empero para radicarse en el Rosario, donde el entonces estudiante terminó su preparatorio, emprendiendo viaje a Buenos Aires para ingresar a la Facultad de medicina. Desde el principio de su carrera se inició en la práctica, permaneciendo siete años internado en los hospitales de la capital federal antes de recibir el título.

Finalizada su carrera, ejerció breve tiempo en Belgrano, abriendo un paréntesis a su labor con el objeto de perfeccionar sus estudios en Europa, como dijimos antes. Fue al lado del eminente Roux, de Laussane, Suiza, que se consagró cirujano. Durante su permanencia en el viejo mundo dio a publicidad algunos trabajos científicos mereciendo elogios de personalidades en la medicina.

Cuando regresó a Buenos Aires, reingresó en el hospital Pirovano, donde se le nombró cirujano de la sala VI, distinguiéndose por haber intervenido en casos difíciles que pusieron a prueba su capacidad científica. Adscripto a la cátedra de clínica quirúrgica del doctor Justo en la Facultad de Buenos Aires, fue también jefe de cirugía de urgencia de la Asistencia pública. Se abría camino con toda facilidad en Buenos Aires y prometía una carrera rápida cuando optó por trasladarse al Rosario, donde reside su familia y en esta ciudad ocupó rápidamente el lugar a que su competencia le hacía acreedor.

Jefe de la sala de cirugía, primero, y director de la Asistencia pública, después, tuvo ocasión de dejar constancia de su esfuerzo y competencia. Fundó a poco de llegar el Palace Sanatorio, al que ha dotado ahora de un hermoso edificio en el bulevar Oroño, construido según las exigencias higiénicas más modernas. Al progreso de este establecimiento el doctor

Ábalos puso toda su inteligencia, logrando acreditarlo en todo el interior de la república.

Durante la dirección de la Asistencia pública que desempeñó dos veces realizó labor encomiable. Descentralizó los servicios sanitarios, mejoró las dependencias, amplió los recursos de la repartición y fundó la escuela de niñeras y enfermeros que alcanzó buenos resultados. Hizo, en una palabra, buena administración.

Ocupó también la dirección del hospital Rosario, del cual es hoy jefe de cirugía de mujeres y ginecología. En todos estos puestos dejó demarcada su actuación.

Entre los trabajos que publicara se citan:

La colecistectomía en la litiasis Biliar. Anales del Círculo médico argentino, abril 1905.

Heridas craneoencefálicas por armas de fuego. Su tratamiento. Anales del Círculo médico argentino, octubre 1905.

Tratamiento de la artritis blenorrágica. Anales del Círculo médico argentino, octubre 1907,

La intervención operatoria en la apendicitis aguda. Extirpación del apéndice. Anales del Círculo médico argentino, diciembre 1907.

Un caso de esófagoyeyunogastrostomosis. Argentina Médica, 1908.

Sobre un caso de anastomosis arteriovenosa por gangrena del pie, de origen ateromatoso.

Arteria femoral y vena safena interna. Argentina Médica, febrero 1909.

Artículos publicados en el Journal de chirurgie, de París, mayo 1909.

Aparato ambulatorio para la extensión continua en las fracturas del maxilar inferior. Argentina Médica, marzo 1909.

Septicemia puerperal tratada con éxito por el electroaurol. Argentina Médica, 1909.

Oh. Monody J. Vanverts, citan su último trabajo, Aneurisma arteriovenoso de los vasos femorales, caso feliz mente, operado por el doctor Ábalos, en su obra Chirurgie des arteros. Este mismo trabajo lo presentó el mismo Monod, profesor en la facultad de París, ante un congreso de cirugía celebrado en Francia.

J. Dumont, lo cita en el Journal de chirurgie, mencionando elogiosamente un caso que operó el doctor Ábalos en el Rosario. Se trataba de un aneurisma traumático de la arteria vertebral consecutivo a una herida de bala. El éxito de la arriesgada operación fue completo. Aneurisma de la arteria vertebral. Publicado en el libro de Le Dentu.

Primer intento de injerto total de un miembro en el hombre.

Injerto total de radio en un caso de ausencia congénita.

Varias publicaciones, sobre tratamiento quirúrgico de la epilepsia.

Vagina artificial con S ilíaca.

Eterización abdominal, nuevo método de anestesia.

Últimamente operó un nuevo caso de gangrena senil, por anastomosis arteriovenosa, con resultado inmejorable hasta la fecha.

A pesar de su fecunda labor científica no ha desatendido el doctor Ábalos sus deberes ciudadanos, y solicitado por el Partido radical, en 1912, aceptó una banca en la legislatura provincial, puesto de honor que desempeñó con probidad y certero criterio. En las luchas eleccionarias últimas ocupó de nuevo su puesto entre las filas de sus amigos, que constituían la fracción disidente del radicalismo santafecino, siendo elegido elector de gobernador por Rosario, contribuyendo así a la consagración de la fórmula sostenida por sus correligionarios.